La torsión de estómago:actuar con rapidez, su salvación
Hoy en día casi todos los propietarios de perros, especialmente si lo son de una raza de tamaño grande, han oído hablar de la dilatación/torsión de estómago. Desde el punto de vista clínico se trata de una de las urgencias clínicas más exigentes y con una tasa de mortalidad considerable, aunque ha disminuido de forma significativa en los últimos años gracias a una mejora en los protocolos de tratamiento y a una mayor conciencia social respecto a esta enfermedad.
En la dilatación/torsión de estómago la prontitud en su diagnóstico y tratamiento resulta determinante para lograr salvar al paciente de un desenlace fatal que, con toda seguridad, se producirá en pocas horas si no intervenimos.
Esta patología afecta principalmente a razas de perro de tamaño grande como Gran Danés, Pastor Alemán, Setter, San Bernardo…, pero también a veces se producen casos en otras razas de menor tamaño.
Es más frecuente verla en pacientes de edad media avanzada, pero puede producirse a cualquier edad.
LAS CAUSAS
Al valorar las causas que la provocan tenemos que decir que no suele haber una única causa sino que se juntan varios factores que hacen que se desencadene el proceso.
Es, por tanto, lo que llamamos una enfermedad multifactorial. Entre estos elementos que pueden favorecer la torsión de estómago destacan los siguientes: razas de tórax profundo, comer deprisa, llenar mucho el estómago ya sea de comida, agua o ambas, ejercicio físico justo después de la ingesta, retraso en el vaciado gástrico, comederos elevados ya que favorecen la aerofagia (tragar aire), debilidad de los ligamentos que fijan el estómago que empeora con la edad, relación alterada entre estómago y esófago que puede dificultar la capacidad de eructar,….
La consecuencia de estos factores predisponentes es que el estómago se desplaza, ya sea en un solo plano o girando sobre si mismo, cerrándose tanto la entrada desde el esófago (cardias) como la salida hacia el intestino (píloro). Cuando se gira, la rotación que se produce puede ser parcial, desde sólo unos grados, hasta los 360º, que sería un giro completo.
Una vez se han cerrado la entrada y la salida tenemos una cavidad estancada donde el contenido comienza a fermentar y producir gas, haciendo que el tamaño del estómago aumente de forma dramática. Como el estómago tiene una gran capacidad de distenderse, continua aumentando de tamaño llegando a ocupar casi todo el abdomen, desplazando y aplastando otras vísceras, y también comprimiendo vasos sanguíneos importantes dificultando así el flujo hacia el corazón, pudiendo desarrollar tanto problemas cardiacos intrínsecos, como fallo en la irrigación del resto del organismo, generándose un fallo multiorgánico si no se le pone remedio. Una de las primeras zonas que sufre la falta de riego sanguíneo es la pared del estómago, tendiendo rápidamente a necrosarse y perforarse.
LOS SÍNTOMAS
Cuanto antes se identifique el problema más rápido se podrá actuar y mejor será el pronóstico. Los síntomas clínicos que puede apreciar el propietario en casa son principalmente: abdomen hinchado, muy distendido y con sensación de tambor si percutimos con un dedo sobre él; babeo y nauseas; el animal intenta vomitar y no lo consigue y en caso de hacerlo, sólo expulsa espuma blanca, a veces en cantidad importante. Que corresponde con la saliva tragada que se le ha ido acumulando en el esófago ya que no ha podido entrar en el estómago.
Ante estos signos especialmente, e incluso ante otros un poco más vagos pero que nos infundan sospecha de una posible torsión gástrica, es fundamental acudir de inmediato al veterinario, el cual confirmará el diagnóstico mediante la exploración física, radiografías y pruebas complementarias.
EL TRATAMIENTO
El tratamiento debe ser rápido y contundente, y consta de dos partes: el tratamiento médico y el tratamiento quirúrgico. Ambos son realmente importantes y generalmente se realizan de forma casi simultánea. En primer lugar se debe administrar una fluidoterapia intravenosa intensiva, junto con diferentes medicamentos como antibióticos, antiinflamatorios, analgésicos, etc. tratando de revertir las complicaciones asociadas a esta patología y conseguir restablecer el equilibrio cardiocirculatorio para lograr un paciente estable para la cirugía.
El tratamiento quirúrgico busca la descompresión del estómago para que vuelva a tener su tamaño y posición original y la fijación de este a la pared abdominal (gastropexia) para evitar que pueda volver a rotar en un futuro. La cirugía nos permite un acceso directo al estómago facilitando no sólo su vaciado sino la evaluación de tejidos como la propia pared estomacal, bazo, desgarros vasculares, etc.
Es importante hacer notar que el hecho de haber fijado el estómago durante la cirugía a la pared abdominal, va a impedir la rotación del estómago (torsión) en el futuro, pero no nos evita que pueda volver a dilatarse, lo cual es una situación con mejor manejo y pronóstico que la torsión pero igualmente muy grave si no se soluciona a tiempo. Por tanto, estos pacientes que han sufrido ya una dilatación / torsión de estómago deben seguir unas pautas de manejo de por vida, teniendo especial relevancia el tipo de comida que será de alta digestibilidad y del número de veces en el que se ha de repartir la ración diaria, que ha de ser un mínimo de tres. La cantidad de agua ingerida de una sola vez también debe ser controlada. Esto tiene que ver con el ejercicio intenso o la privación de agua durante un tiempo. Si vemos que el perro en un momento determinado, bebe sin cesar, debemos retirarle el agua y volver a darle pasados 30 a 60 minutos, además de mantenerlo quieto hasta que su sed se haya calmado. Otras recomendaciones de carácter general, son no hacer ejercicio tras la ingesta y evitar alimentos flatulentos (en especial alimentos caseros a base de cereales). Las personas que han tenido mascotas que han padecido esta grave situación, suelen estar predispuestas a realizar lo que se llama gastropexia preventiva que es la misma fijación del estómago a la pared de abdomen tal como se ha comentado, de una forma planificada antes de que aparezca el proceso, con lo cual evitaremos la torsión del órgano.
Quiero terminar este artículo enviando un mensaje positivo a los propietarios preocupados por esta situación, si la detectamos precozmente siempre podremos tener en el horizonte un pronóstico razonablemente optimista.
Javier Antón. Servicio de Cirugía.
Hospital Veterinario Terán (Asturias)
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